Fallo de implantación y aborto de repetición
El tratamiento del fallo de implantación requiere de un abordaje especializado.
¿Qué es el fallo de implantación?
Se define como la no consecución de un embarazo viable tras tratamientos de FIV. Es decir, engloba tanto a aquellas pacientes que no gestan como aquellas que lo hacen pero sufren un aborto temprano.
¿Por qué ocurre el fallo de implantación embrionario?
Esta pregunta es todo un reto y un desafío, porque desconocemos muchos de los procesos que culminan con una correcta implantación embrionaria.
De entrada hay que pensar en que la causa proviene no de uno (la madre) sino de TRES pacientes: ella, él y el embrión.
Sí, sabemos que algunas causas son maternas, pero la mayoría son embrionarias y no siempre las podemos diagnosticar ni tratar satisfactoriamente, de ahí el elevado grado de incertidumbre y angustia del paciente cuando los médicos no somos capaces de encontrarla.
No obstante, en los últimos años se han hecho grandes progresos en este campo
¿Cómo estudiamos el fallo de implantación y el aborto de repetición?
Se precisa una valoración del FACTOR FEMENINO. Básicamente el estudio incluye histeroscopia, eventual biopsia endometrial y/o toma de cultivos; estudio de trombofilias congénitas o adquiridas; determinaciones hormonales, función del tiroides y cariotipo. Puede necesitarse algún estudio complementario dependiendo del caso.
Ocasionalmente aconsejamos estudiar la respuesta individual de la paciente en un ciclo anterior al tratamiento reproductivo, valorando dos parámetros en el día del ciclo que coincidiría con la transferencia: Los niveles de progesterona -para variar la dosis o la ruta de administración (intravaginal o subcutánea)- y las contracciones del útero, que si fueran anormales se podrían modular farmacológicamente. Ambos estudios nos permitirán optimizar la receptibilidad del útero materno para mejor anidación del embrión.
EL FACTOR MASCULINO, se estudia mediante cariotipo, fragmentación del DNA,y exploración andrológica y valoración de los cromosomas.
Pero es sin duda alguna en el FACTOR EMBRIONARIO dónde se han logrado los mayores avances.
En efecto, hoy en día disponemos de técnicas de biología molecular y genética que nos permiten analizar en su totalidad los cromosomas del embrión, puesto que la causa más frecuente de fallo implantatorio y aborto precoz es la anomalía en el número y disposición de los cromosomas embrionarios.
La transferencia de embriones cromosómicamente normales, hace que la tasa de embarazo sea la misma independientemente de la edad materna y al mismo tiempo se reduce drásticamente el riesgo de aborto; es decir siempre que logremos transferir embriones libres de anomalías cromosómicas, la paciente tendrá la misma expectativa de éxito independientemente de su edad.